El libro de Superpronosticadores: El arte y la ciencia de la predicción (ensayos), de Philip E Teclock, es una inspiración en el camino a intentar pronosticar, de manera metódica, hechos del futuro cercano de la forma más exacta posible.
El ensayo versa sobre el enorme experimento Good Judgement Project en el que se combinaba la sabiduría de muchos para generar pronósticos sobre posibles eventos mundiales. Lo verdaderamente importante es que analiza las claves para hacer pronósticos de corto o medio plazo con el menor error posible.
Merece mucho la pena leer todo el libro sobre el experimento, porque va contando historias de superpronosticadores, cada paso que iban aprendiendo y numerosos hitos de la historia antigua y reciente en la que los pronósticos jugaron malas pasadas los que los realizaron Pero lo más interesante son las claves, aprovechables por todos, para intentar pronosticar eventos futuros cercanos en el tiempo (se habla en todo momento de un horizonte menor que 5 años).
¿Ser un superpronosticador? Simplemente hacer predicciones más útiles
El libro habla de superpronosticadores y a cualquiera le puede venir a la mente una ratón de biblioteca, combinado con un genio y con hiperactividad, que se pase el día intentando prever lo que pasará en un futuro cercano. Eso es un estereotipo aunque sí existe gente experta en hacer pronósticos de verdad, de esos que aciertan con alta probabilidad.
Si tienes mejor información porque haces buenos pronósticos podrás tomar mejores decisiones
Pero lo importante es que las claves de este libro te pueden ayudar a ti y a cualquier ciudadano de a pie a tomar mejores decisiones. Si aprendes a prever mejor – acertar con la preguntar y estimar la respuesta con un bajo porcentaje de error – tendrás mejor información para decidir.
Las claves para ser un buen pronosticador
- Elige las preguntas adecuadas, ni muy fáciles ni muy complejas. Las más sencillas no te supondrán un reto y las muy complejas (dependientes de infinidad de variables o muy alejadas en el tiempo) no las podrás abordar con un margen de error razonable.
- Divide el problema complejo en muchos pequeños problemas abordables. El «divide y vencerás» es más aplicable que nunca, aunque una pregunta de cierta complejidad lo mejor es dividirla en pequeñas preguntas que puedas manejar y pronosticar.
- Combina la visión desde fuera con la visión desde dentro. La visión desde fuera consiste en ir a la estadística y coger perspectiva objetiva, mientras que la visión desde dentro es aquella en la que investigamos en los detalles de lo que queremos pronosticar. El equilibrio entre ambas es la clave.
- Ajusta bien cuánto subestimas o sobreestimas las novedades. Cuando estás pronosticando pueden surgir novedades relacionadas con lo que tratas de estimar y éstas pueden llevarte a reajustar de más el pronóstico. Las novedades deben ser tomadas en cuenta pero en su justa medida.
- Busca las causas que se contraponen, las que te pueden llevar a la posición contraria. Es importante ser capaz de tener en cuenta todas las posiciones y las causas que llevan a ambas, tanto las que refuerzan nuestro pensamiento intuitivo como las que lo refrendan.
- Ahonda en los matices que ofrecen duda. No todo es seguro, imposible o un «quizá», hay infinitos escalones de incertidumbre ante un pronóstico. Es importante tenerlos en cuenta y asignarles probabilidades.
- Equilibra prudencia y capacidad de decisión. La prudencia exige desconfiar de sus propias mediciones y la capacidad de decisión exige confianza en las mismas. La virtud está en el equilibrio y ese equilibrio lleva a reducir falsos positivos y falsos negativos en los pronósticos.
- A posteriori, detecta los errores que llevaron a equivocarte y los planteamientos que llevaron a acertar. Esto es, analizar el pronóstico previo y su metodología. Para poder mejorar hay que medir y analizar.
- Aporta a los demás y deja que los demás te aporten. Si tienes que trabajar en equipo, debes abrir la mente a nuevas perspectivas, trabajar las preguntas adecuadas y, sobre todo, aprovechar el valor que aporta el resto del equipo y aportárselo a él.
- Retroalimentación: practica y reflexiona. Generar buenos pronósticos es como andar en bici, se mejora con la experiencia. Si te caes, pruebas otra manera de circular y mejorar. La retroalimentación es necesaria para corregir y para dar valor a los aciertos.
Un breve apunte
Reflexiona objetivamente, profundiza en todas las causas, divide las preguntas, reajusta, sé prudente pero decisivo y practica.
Yo no soy un buen pronosticador pero creo que puedo llegar a mejorarlo siguiendo estas claves. A veces nos cuesta enfrontarnos a un dilema en el que existe una gran incertidumbre y sobre el que vamos a basar una serie de decisiones.
Es un buen momento para intentar pronosticar de manera concienzuda e intentar reducir el error. Así, las decisiones, los planes de contingencia y las claves estratégicas podrán estar más acertadas.
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